
SIPCA
Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés
Para terminar con las novedades correspondientes a 2024, fruto de nuestro empeño en seguir mejorando la información ofrecida a través de nuestros catálogos web, os informamos de que hemos incorporado a nuestras bases de datos y publicado 1142 fo...
Continuamos con las novedades del otoño en el portal web de SIPCA, cuyos objetivos son solucionar lagunas en nuestros catálogos y seguir mejorando de forma permanente la información ofrecida a través del portal.Y en esta ocasión hemos incorporado a n...
Cabecera recta, compartiendo muro de cierre con uno de los torreones del antiguo castillo cuyo interior se compartimentó para alojar dos capillas y la sacristía, comunicadas con la iglesia mediante accesos de medio punto, una de las capillas todavía conserva el cerramiento con bóvedas de crucería estrellada, la única de todo el recinto.
La capilla mayor se reduce a un tramo rectangular cubierto con bóveda de medio cañón que abre al crucero con gran arco de medio punto. Todo se encuentra decorado con yeserías.Por el lateral izquierdo se practicaron unas escaleras de acceso a la cripta, situada bajo la cabecera, donde se enterraba a los monjes del monasterio. La cripta es de planta rectangular y está cubierta por bóveda vaída, en los muros se practicaron nichos para colocar los cuerpos.
El cuerpo de nave compuesto por una sola nave con capillas entre los contrafuertes comunicadas entre si por huecos cubiertos con bóveda capialzada, abiertos por un lado en arco de medio punto y por el otro con arco rebajado; presenta falso crucero, tribuna y coro elevado a los pies.
La iglesia se cubre con cúpula semiesférica sobre pechinas en el tramo central del crucero, bóveda de cañón con lunetos en los brazos del crucero y en la nave, todo sobre pilares rectangulares.
Destaca bajo el crucero la tumba de nobles, donde se han encontrado varios cuerpos embalsamados, y en uno de los brazos del crucero la tribuna, elevada sobre una doble arcada de medio punto que apea en un pilar hexagonal; toda la estructura se decoró con pinturas de carácter figurado.En el tramo de los pies se elevó el coro sobre una bóveda de arista rebajada, se accede desde el tramo inferior tanto al coro como a la torre como a las dependencias monacales.
Al exterior, los paramentos, elevados sobre zócalo resaltado y determinados por la combinación de materiales, sillarejo y sillar, están apenas articulados mediante contrafuertes y vanos. Destaca especialmente la fachada principal que consta de dos partes diferenciadas que corresponden a la iglesia y a las habitaciones de los monjes. La primera consta de un gran arco semicircular que cobija la portada de estilo renacentista que está a su vez compuesta por arco de medio punto dovelado flanqueado por dos columnas casi exentas, de fustes cilíndricos muy estilizados apoyados en pedestales, que soportan dos fragmentos de entablamento en los que a su vez apea un frontón triangular partido, de perfil moldurado, que aloja en su interior un hueco rectangular a modo de hornacina; este frontón a su vez tiene a ambos lados dos pequeños pilares adosados que se remataron con bolas.La zona de las habitaciones de los monjes posee una portada de piedra con arco de medio punto dovelado sobre el que hay sendos escudos que encuadran una hornacina, y coronando la portada se encuentra el escudo de la orden dominica.
La fachada refleja perfectamente sus tres plantas con sus correspondientes líneas de ventanas siendo mayores los vanos de la segunda, mientras que los de la tercera se encuentran enmarcados por la cubierta y una imposta que recorre todo el edificio.
La torre fue construida de traza muy sobria con unas proporciones de volumetría contundente. Situada en el ángulo suroeste de la iglesia se accede a ella desde el último tramo; consta de dos cuerpos separados por la misma cornisa de piedra que remata toda la fábrica de la iglesia. Ambos cuerpos están divididos en dos partes mediante una pequeñas impostas y abiertos con pequeñas saeteras y escasos vanos de medio punto. El remate del cuerpo superior aloja el cuerpo de campanas y abre en los cuatro lados mediante arcos de medio punto dovelados.
El momento álgido de construcción de puentes en nuestra región, cuando se levantaron más y mejores obras, tuvo lugar entre los siglos XIII y XVI. Tras haber conocido en nuestro anterior podcast las circunstancias históricas que rodearon y favorecieron la eclosión de este fenómeno durante la baja Edad Media, hoy os proponemos emprender un viaje. A lo largo de antiguas rutas comerciales, cañadas trashumantes y caminos de peregrinación, recorreremos las tres provincias aragonesas, atravesaremos los puentes más interesantes y os descubriremos los más recomendables para visitar.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002